miércoles, octubre 24, 2007

Un "post" de 1000 palabras sobre Freud.

Es un foto accidental que me enviaron casualmente (entre otras muchas), pero me ha hecho mucha gracia.

No considero, ni la mayoría considera a Freud como un científico. Aunque, sí, como un gran filósofo y un pensador imprescindible de conocer, aunque sólo sea por su gran pene-trancia popular.

viernes, octubre 19, 2007

Y riase la gente.


Paco Ibañez, en el Olympia de París, 1969.

De Luis de Gongora, “Andeme yo caliente y riase la gente”.

(En la web pueden escuchar un fragmento).

Y aquí tienen el texto, mas un ejercicio de comprensión lectora.

(no se puede pedir más)


martes, octubre 16, 2007

Cuento accidental A-01 (V.03)

“Por la simpatía de un ser vivo haría las paces con todo;
un amigo, una compañera que se parezca a mí y no me odie como tú”


“Hay dentro de mí un amor y una rabia muy intensos,
si no puedo satisfacer el uno daré rienda suelta a la otra”

Mary Shelley

Ella alzó la cabeza, y el camarero – el hijo de un comerciante desterrado por extender cheques sin fondos a obreros sencillos-: la miraba.

Ahí arrancó una amistad que fue un compartir fracasos e ilusiones vanas, un amor triste que nació apuñalado.

Ella necesitaba en donde descansar y él quería un lugar en donde limpiar sus botas. Las palabras de cariño lo hicieron encajar todo. Y tal y como él sabía, cumplido el tiempo, ese amor bombeó en falso, y se paró.

Con sus botas nuevas, mantuvo esa buena amistad. Y ella, otra vez sin descanso, continuo suspirando por él.

Pasó el tiempo y como es costumbre entre los nacidos de mujer, en su día y a su hora, ella murió.

-Me gustaría volver a vivir -dijo la mujer-

El oscuro universo, que la contemplaba con fría indiferencia, con el hastío del relojero que conoce hasta el más pequeño diente de las ínfima rueda del mecanismo, le respondió:

-¿Quieres volver a vivir?

-¡Sí! Quiero volver a vivir.

-¿Para qué quieres volver a vivir?

-Para volver a querer a los míos, para volver a ver las estrellas, para volver a acariciar el trigo cuando esta verde... ( lágrimas asomaron a sus ojos, y dejo de hablar).

La indiferencia del dios cambió. Su voz se hizo dulce, como una música. La mujer ya no sabía si escuchaba palabras o el susurro del agua y el viento.

Y la naturaleza le dijo...(casi dubitativa y muy dulcemente),

-Pero... si todo eso, lo has hecho ya...

-Si, pero... es que... (la mujer con un nudo en la garganta alzo la mirada, pero no encontró ningún rostro).

-¡Tranquila! dijo el viento, el agua, la tierra y las estrellas.

(y mientras estas palabras se pronunciaban, paso un tiempo, que nadie sabrá si fue un instante o la vida de diez universos)

Y la voz continuó.

-Esto no tiene principio ni fin. Y aunque ahora sientas esa emoción humana, te diré que en más de una ocasión (muchas) has estado tu en mi lugar y yo en el tuyo.

Y aquella mujer cerro los ojos sin ningún temor. Como quien se deja abrazar por un ser querido...

Y volvió a despertar.

Otros hombres y mujeres pasaron después... Uno cualquiera, al verse de repente frente a Hades. Grito:

-¡Oh Señor! ¡Permíteme volver! –Dijo-

Y el cosmos taciturno le respondió:

-¿Quieres volver a vivir?

-¡Sí! Por favor! ¡Quiero otra oportunidad!

-¿Para qué quieres volver a vivir?

-Pues... Porqué quiero vivir en la naturaleza, quiero educar a unos hijos, quiero querer a un gran amor, descubrir cosas, ver lo que nadie a visto, mirar las estrellas, bucear, bailar nuevos bailes, conocer a mucha gente...

-¿Y desde cuando quieres eso?

-¡¡Siempre lo he querido!!

-¿En tu vida, en la ya perdida... también lo querías?

-¡Sí! pero era una mala vida... ¡No tuve oportunidad! ¡Mis parejas no me querían! ¡Todo estaba descubierto!¡Mi familia no me entendía! ¡El cielo tenía nubes!

A continuación el dios olvidado e indiferente, le muestra, no 10 ni 100, sino miles de escenas en las que tubo oportunidad de hacer todo eso... y muchas más cosas que él ni siquiera pensó... y como él, él que pedía, él que temblaba bajo las estrellas porque la vida se le terminaba, porque el universo se lo tragaba... había dejado pasar todas las cosas. Y como al voluntariamente despreciar las preciosas perlas de la felicidad que se le confiaron, a cambio de miserable bisutería; hizo nacer tanto mal.

Y el Todo le volvió a hacer una última pregunta.

-¡Tú! ¿Tú quieres volver a vivir?

El hombre respondió casi de forma refleja:

-¡He sido buena persona! ¡Siempre intentaba estar alegre! ¡Ayudaba a mis amigos! ¡Aun me quedan cosas por vivir! –exclamó-

Y mientras las palabras aun estaban en su boca, la indiferencia del dios cambió.

La ira del dios empezó a surgir desde el fondo de un caldero; su corazón se había convertido en una esfera incandescente, y la cólera que se desprendía de ella subía... Subía atravesando un océano de plomo fundido, a explotar en forma de burbujas en su voz.

Esa voz, antes calmada y monótona, adquirió un tono metálico. Ya no era una voz sino un sonido sobrecogedor, como borbotones de miles de voces en ahogo.

Y por primera vez el dios y el hombre se miraron.

El hombre temblaba, turbado. Pero no por miedo al dios, sino porque había algo en su interior que le impedía mantenerse sereno.

-¡Hombre! Yo soy la Ley del Universo. ¡Sabias y no hiciste! ¡Sabias e hiciste! ¡Aun no quieres comprender!

Y el universo continuó otra vez con su voz monótona e indiferente:

-¡Tú!, tú no volverás. Es más, siquiera has existido nunca.

El hombre iba a abrir la boca otra vez para suplicar otra vida o para excusarse... o para Dios sabe qué. Pero, justo cuando sus labios se despegaron, la fuerza de un cosmos entero, la energía de todos los soles... en una fracción temporal tan infinita como la fuerza que se descargaba. Lo miró. Sin odio y sin amor. Sin sentimientos humanos. Como una formidable maquinaria de relojería. No hubo más explicaciones. Ya no se vio a ningún dios, no se le contestó ninguna pregunta. Simplemente: ¡Desapareció!

En ese instante, en la tierra, a algunas personas, les pareció recordar que alguien les sirvió un licor. Pero sólo fue una sensación.

2007. T. Espinosa

lunes, octubre 15, 2007

Pares o nones

Este articulo es una invitación a pensar sobre el modelo de relación de pareja existente en nuestra época, en nuestro mundo occidental.

Tal vez, la mejor introducción sería poner el problema en manos de un sujeto imaginario, que nos permita tomar algo de distancia sobre el tema:

Imaginemos que un antropólogo de Plutón (ignorante de nuestra cultura) arriba a nuestro planeta. Éste, curioso, observa nuestras formas sociales –o quizás biológicas- de comportamiento.

Seguro que le llamarían la atención algunas denominaciones de relaciones afectivas de diferentes culturas y periodos (poligamia, poliandria, bigamia, monogamia, celibato, soltería, matrimonio, pareja...)

Una vez superada la confusión inicial, sobre lo que es, debería o puede ser una pareja, este supuesto antropólogo, no tardaría en observar que aquí y ahora, una de las claves para afirmar que estamos ante una relación de pareja es el contacto sexual vinculante.

Poco después se desmontaría su tesis al descubrir lo que nosotros llamamos promiscuidad y “engaño”. Y más perplejo se quedaría al observar a parejas consolidadas que raramente mantienen contacto físico.

Para no divagar demasiado, diría que tal vez nuestro antropólogo supraterreno, superando su estupefacción, sólo se atrevería a realizar unos pocos apuntes de lo observado (u observable):

-Que las relaciones de pareja en los humanos, cual sus parientes los primates superiores, no pueden aislarse de sus relaciones afectivas generales, tal vez porque dependen del mismo mecanismo psíquico.

-Que las relaciones de pareja son palpitantes, es decir que no siguen una línea ni una progresión coherente.

-Que a los individuos les sirven de apoyo en los diferentes planos de su vida (y en ocasiones de traba).

-Que la identidad del individuo suele verse modulada por la pareja.

-Que las relaciones estables muchas veces adquieren carácter de pacto vital.

-Que las expectativas en las relaciones suelen tener un alto componente de fantasía.

-Que la pareja no forma una unidad real. Tal vez sí una unidad de orden superior, pero no más coherente que el menos coherente de sus elementos.

-Que las parejas que resisten el paso del tiempo, tienen componentes de las 4 palabras que utilizaba la lengua griega para definir el amor: “Estorge”, “Agape”, “Filia” y “Eros”.

Y creo que el osado observador no se atrevería a afirmar mucha cosa más...

Notas:

-Para no aburrir, y en virtud de mi holgazanería, les escribo las palabras “tal cual” y les resumo el significado. La traducción sencilla y simple de las 4 palabras a nuestra lengua sería “amor”, pero les tendremos que añadir un calificativo para que muestren su verdadero matiz. Por orden; Amor familiar, Amor basado en principios, amor de amistad y amor sensual.

-Aprovecho para colgar una foto de mi hermana y así de paso hago un poco la pelota y me aseguro de que al menos una persona se lea el artículo. También he de agradecerle algunas correcciones y sugerencias.

lunes, octubre 08, 2007

De los dioses inferiores.

Dicen que la realidad no puede ser aprendida. Seguramente sea cierto, aunque tampoco eso puede saberse. En esta duda el ser humano escruta su exterior y se auto-explora por medio de la introspección.

Lo que tal vez sea cierto es que el hombre empieza a corromperse, a hacerse infeliz, cuando en su duda o ignorancia, le vence la apetencia por las certezas, por lo palpable, y la sacia adorando a divinidades inferiores.

Feliz o tristemente (o quizás sin ninguna emoción definida), lo único que podría hacer sería dialogar con quien le conteste, sin pretender encontrar ninguna guía.