Cuento zen.
Cuentan que en un pueblo muy lejano, hace mucho tiempo, vivió un discípulo que se esforzaba por alcanzar la iluminación, pero no lo conseguía.
Una noche el maestro le llamo y le dijo:
“No puedo dormir porque la luz de la luna me molesta”.
Al lado de la ventana había un cubo lleno de agua, que reflejaba la luz de la luna en el techo.
“Es el agua que refleja la luz de la luna, maestro”, dijo el discípulo, y en ese momento se iluminó.
2 Comments:
¿El cuento es tuyo, sensei?
¿Tú encontraste tu cubo de agua?
Técnicamente sí... pero basado en este otro:
http://cincinato.org/koans/showone_es.php?koan=no_agua_no_luna.txt
No nos preocupan los fenomenos, sino su reflejo. Así, si vaciamos nuestro cubo, nada podrá inquietarnos.
Yo... siquiera tengo cuenco y túnica. Pobre y confuso aldeano soy.
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