La luz.
Un corazón palpita, se acelera, se calienta.
Y se inflama. Sus fibras se retuercen; su sangre gotea.
Empieza a arder con un rojo fuego; rasgado, a borbotones se desangra.
Y se carboniza. Una llama azulada se mantienen en sus tizones.
La tenue llama lo calienta, más y más.
Y se calcina, llegando a la blancura de la incandescencia.
Y ya solo queda una luz.
Una horrible brillante luz.
En la que los ojos estallan y se evaporan.
Y solo se escucha un latir.
Y se inflama. Sus fibras se retuercen; su sangre gotea.
Empieza a arder con un rojo fuego; rasgado, a borbotones se desangra.
Y se carboniza. Una llama azulada se mantienen en sus tizones.
La tenue llama lo calienta, más y más.
Y se calcina, llegando a la blancura de la incandescencia.
Y ya solo queda una luz.
Una horrible brillante luz.
En la que los ojos estallan y se evaporan.
Y solo se escucha un latir.
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