El noble arte de afeitarse.
-¡Corran señores! ¡Corran!
-¡Hacia donde?
-¡No lo se! ¡Pero apresúrense!
Este pequeño dialogo, resume el espíritu de nuestro tiempo.
La navaja de afeitar, no tiene que ser renovada (le durará muchos años). Debe usted dedicarle tiempo y concentración, ya que puede rebanarse el gaznate con relativa facilidad. En cambio, las maquinillas de afeitar, nos permiten vivir rápida y despreocupadamente, a la vez que dependemos de un consumible.
Casi nadie se desapercibe de que pasarse una cuchilla afilada como un bisturí sobre la propia traquea y yugular, no deja de producir un cierto vértigo vital. Parece que no estamos preparados para aceptar peligros evidentes, aunque remotos. Los medios nos educan para mirar hacia otro lado cuando nuestras acciones pueden tener un efecto perjudicial inmediato.
Parece que casi se nos anime a hipotecarnos ahora y a sufrir carencias durante los próximos 30 años o a comprarnos una motocicleta de gran cilindrada ahora y despedazarnos contra el guardarail de cualquier cuneta después.
Si durante décadas la población sufrió de represión sexual, tal vez, ahora, se sufra de represión de otras pulsiones. Otros tabus se han levantado sobre las cenizas de prohibiciones derrumbadas por su propio peso. La agresividad humana igual que la sexualidad, no pueden ser eternamente negadas y reprimidas.
La opción más razonable, parece ser dale un cauce natural a la naturaleza humana (que según las tesis de moda, ésta, a duras penas existe). Aunque no creo en Freud, como tampoco en los Beatles ni en divinidades (exceptuando tal vez a Dionisios, Nemesis, afrodita, Ares y Vulcano). Algunas pulsiones de vida, de muerte o de “tendencia a comprar en Zara”; hay en nosotros. Si necio es negar unas, no menos necio ha de ser negar las otras.
Y como decía (antes de ser arrebatado por la conocida pulsión de “escribir uno lo que le parezce”), aquí tienen ustedes unos ejemplos prácticos de como afeitarse con navaja barbera. Así, si deciden utilizarla, su tanatos libidinoso se encontrará con el infranqueable muro del conocimiento, que como le gritaba Prometeo a su querida mascota (el águila), es en el fondo, lo que nos separa de las bestias no antropomorfas.
Videos demostrativos:
Ejemplo de afeitado.
Cursillo acelerado de afeitado.
-¡Hacia donde?
-¡No lo se! ¡Pero apresúrense!
Este pequeño dialogo, resume el espíritu de nuestro tiempo.
La navaja de afeitar, no tiene que ser renovada (le durará muchos años). Debe usted dedicarle tiempo y concentración, ya que puede rebanarse el gaznate con relativa facilidad. En cambio, las maquinillas de afeitar, nos permiten vivir rápida y despreocupadamente, a la vez que dependemos de un consumible.
Casi nadie se desapercibe de que pasarse una cuchilla afilada como un bisturí sobre la propia traquea y yugular, no deja de producir un cierto vértigo vital. Parece que no estamos preparados para aceptar peligros evidentes, aunque remotos. Los medios nos educan para mirar hacia otro lado cuando nuestras acciones pueden tener un efecto perjudicial inmediato.
Parece que casi se nos anime a hipotecarnos ahora y a sufrir carencias durante los próximos 30 años o a comprarnos una motocicleta de gran cilindrada ahora y despedazarnos contra el guardarail de cualquier cuneta después.
Si durante décadas la población sufrió de represión sexual, tal vez, ahora, se sufra de represión de otras pulsiones. Otros tabus se han levantado sobre las cenizas de prohibiciones derrumbadas por su propio peso. La agresividad humana igual que la sexualidad, no pueden ser eternamente negadas y reprimidas.
La opción más razonable, parece ser dale un cauce natural a la naturaleza humana (que según las tesis de moda, ésta, a duras penas existe). Aunque no creo en Freud, como tampoco en los Beatles ni en divinidades (exceptuando tal vez a Dionisios, Nemesis, afrodita, Ares y Vulcano). Algunas pulsiones de vida, de muerte o de “tendencia a comprar en Zara”; hay en nosotros. Si necio es negar unas, no menos necio ha de ser negar las otras.
Y como decía (antes de ser arrebatado por la conocida pulsión de “escribir uno lo que le parezce”), aquí tienen ustedes unos ejemplos prácticos de como afeitarse con navaja barbera. Así, si deciden utilizarla, su tanatos libidinoso se encontrará con el infranqueable muro del conocimiento, que como le gritaba Prometeo a su querida mascota (el águila), es en el fondo, lo que nos separa de las bestias no antropomorfas.
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Ejemplo de afeitado.
Cursillo acelerado de afeitado.
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