Función nerviosa.
No podemos percibir mas que por nosotros mismos, y como más o menos decía Ortega y Gasset, para comunicarnos con el otro, hemos de adivinar más e intentar comunicarnos menos.
No llegamos a entender las cosas si no las pensamos, sentimos o vivimos personalmente. Pueden enseñarnos cualquier cosa, pero , somos nosotros mismos los que hemos de aprenderlas. Realmente, ningún pensamiento ni emoción llega a atravesar el cristal de los ojos, la tela del oído ni el muro de la piel. Bajo esta perspectiva, parece que lo que entendemos como comunicación, no deja de ser mas que una colección de fenómenos psíquicos que se re-producen en cada mente para representar la realidad.
La terriblemente desolada perspectiva de aislamiento que nos plantea esta reflexión, híbrida entre filosofía del S. XVII y la psicología cognitiva moderna, puede ser vencida, como diría A. Damasio (también más o menos), corrigiendo el error dualista de Descartes. No somos un cuerpo y una mente, somos un cuerpo y punto. La mente como función nerviosa está relacionada con la tasa de alcohol en la sangre, con el pasar hambre, con que te insulte la vecina del cuarto o te alabe un enano del circo. El sistema nervioso no está, entonces, recluido en el cráneo; se extiende por los nervios, estos se funden con la piel y nosotros mismos no estamos flotando en el negro y frío vació cósmico, sino que estamos empapados en gas (atmósfera).
Nuestros semejantes se encuentran en la misma situación. Y de esta forma, ahora podríamos defender una idea totalmente contraria a la de la introducción, afirmando que somos como una colección de ordenadores en red, o como una colonia de termes que no llegan a tener vida propia, como una especie de superorganismo en el cual los individuos se asemejan a células y... ¡Oigan, oigan! ¿De verdad están leyendo esto? ¡Por Dios! Que es verano, hace calor. Dejen de leer tonterías y si es de noche váyanse a una terraza y si es de día a la playa. Creo que esta última idea es la única defendible de este post.
Nuestros semejantes se encuentran en la misma situación. Y de esta forma, ahora podríamos defender una idea totalmente contraria a la de la introducción, afirmando que somos como una colección de ordenadores en red, o como una colonia de termes que no llegan a tener vida propia, como una especie de superorganismo en el cual los individuos se asemejan a células y... ¡Oigan, oigan! ¿De verdad están leyendo esto? ¡Por Dios! Que es verano, hace calor. Dejen de leer tonterías y si es de noche váyanse a una terraza y si es de día a la playa. Creo que esta última idea es la única defendible de este post.
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